A coparse

Anoche el millonario se lo propuso y se copó

Derrotó en un Monumental entusiasmado como hace tiempo no se veía a un modesto equipo ecuatoriano.

Así logramos pasar a los cuartos de final de la Copa Sudamericana donde enfrentaremos a Lanús en un encuentro que también tendrá como objetivo clasificarnos para la esquiva Copa Libertadores

River quiere coparse 
por Facundo Adamoli para Solo River

Era un partido bisagra para medir el carácter del equipo. Liga de Loja había demostrado muy poco en el partido de ida y todos los análisis indicaban que River podía quedarse con la llave con solo intentarlo. 

River quiso demostrar y logró torcer ese brazo de desazón y desilusión que últimamente teñía al club. Con un rendimiento parejo en todas sus líneas el equipo de Ramón Díaz venció 2 a 0 a Liga de Loja de Ecuador y se clasificó a los 4tos de final de la Copa Sudamericana.

Liga de Loja era un equipo muy menor como para pensar que River podía quedar afuera. Pero recordemos nuevamente que estos últimos 10 años la institución retrocedió muchos escalones a nivel club y a nivel fútbol. Nos habíamos acostumbrado a perder contra cualquiera y es por eso que este triunfo no puede minimizarse.

El millonario salió con la idea clara de atacar pero caía nuevamente en su máximo obstáculo: desperdiciar ocasiones netas de gol. Liga de Loja era un equipo inofensivo, carente de grandes figuras y en ningún momento preocupó a Barovero. River se apoyó en la tranquilidad de tener controlado a Loja y con paciencia buscó la mejor forma de lastimar al rival.

El equipo de Ramón intentó jugar con la pelota al piso y pases cortos, pero los ecuatorianos estaban demasiado atrás. El pase corto fue el principal enemigo de La Banda, ya que los espacios quedaban demasiado reducidos como para hilvanar una jugada de gol.

Fue a partir de un pase largo que River logró quebrar las líneas de Liga de Loja y Teo Gutierrez, una de las figuras, puso el 1 a 0. A partir de ahí el partido entró en una meseta, desde los últimos minutos del primer tiempo hasta entrado el segundo tiempo. Los de Nuñez se tomaron una pequeña licencia y apostaron por la tenencia más que por buscar el segundo.

Fue a partir de otra de las figuras, Manuel Lanzini, que vino el segundo gol y la clasificación. El juvenil, un 10 que carece del pase entre líneas pero goza de una picante gambeta, inventó una jugada al borde del área a puro dribbling y puso el 2 a 0 definitivo.

Tal vez River no haya jugado con ese carácter avasallador ni con ese oficio de gigante que vapulea sin miramientos al rival. No obstante, a diferencia del partido de ida, River se sintió superior al rival y a través de esa confianza tuvo la paciencia como para comprender que iba a ganar. El millonario se lo propuso y se copó.

Que no se confunda: los partidos de Copa no se juegan defendiendo ni colgados del travesaño. Estos partidos se juegan con carácter, como el Teo Guiterrez que las buscó todas y la pidió siempre y como el de Eder Balanta, que jamás arruga.

¡Qué lindo es ver contento a Ramón! ¡Qué lindo es ver delirar al Monumental! Como se mencionó antes, River le torció el brazo a esas sucesiones de pálidas. River no brilló, pero al menos tuvo el oficio para cumplir la lógica. Nos espera Lanús.

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