Volvieron los enredos

Una circunstancia evidente -River lleva 451 minutos sin convertir un gol -  desencadenó un nuevo enredo en el atribulado vestuario riverplatense. 

Se equivocó feo el díscolo Teo Gutiérrez al expresar publicamente que el juego del equipo le impide brindar su mejor versión. Su "desafortunada" declaración "En Racing, la pelota me llegaba mejor; me encantaría jugar con un N° 9 y que el N° 10 traiga más la pelota" pretendían endilgarle la responsabilidad a sus compañeros de ofensiva, olvidándose de su tiro de penal fallido y de su increible yerro en en el último partido con Lanús.

Como era previsible los referentes del plantel consideraron que el conflictivo delantero debía justificar sus dichos, ya que exponía al resto de sus compañeros y así sobre la crisis futbolística que vive el equipo, se gestó una interna entre Teo y  Leo Ponzo, el lider espiritual del  plantel. Tanto que ambos se habrían cruzado en una práctica y terminaron con una fuerte discusión en el vestuario terminando a los empujones.

"No fue grave",  se dijo para restarle envergadura al hecho, pero las desmentidas y las retractaciones no alcanzaron para recuperar la tranquilidad en un club en un Octubre negro (sin convertir ningún gol en 5 partidos), que se agrega a la efervesencia electoral.

Cuando la situación invitaba a resolver la cuestión en la intimidad, sin ventilar las discrepancias, Ramón Diaz  reanimó el alboroto mediático en una conferencia de prensa, al estilo del riojano. Es sabido que el DT evita debatir de tácticas y funcionamiento, y opta por el show irónico trasladando a otros las culpas que también le corresponden a él. 

Fué Ramón el que decidió desprenderse de David Trezeguet e insistir que Teo era el N° 9 que necesitaba River,  aunque 4 meses más tarde todavía no logró que el colombiano sea el atacante de área necesario y sin ninguna discreción disparó otro sarcasmo: "Tengo entendido que los goleadores, cuando tienen la posibilidad, tiene que convertir. Y él con Lanús tuvo una muy clara. Lo único que les queda a los jugadores es demostrar el valor que tienen dentro de la cancha, y si existe la oportunidad de darle una posibilidad a otro atacante, se la vamos a dar" resaltando siempre los errores ajenos.

Ya había sucedido con los juveniles Simeone, Andrada y Kaprof que a raiz de la falta de las habilitaciones de Teo y el uruguayo Mora, debieron iniciar el Torneo jugado contra Gimnasia (LP), Central y Godoy Cruz. Alli salió con un "Yo me cansaría de hacer goles", ante el déficit que ya presentaba River en el comienzo del torneo.

O como después de eliminar a San Lorenzo en la Copa, arreciaron las críticas por el juego desplegado, Ramón sacó a relucir el manual de las excusas. "No es lo mismo tener a Fabbro y a Teo que no tenerlos". Lo extraño es que, meses después, esas figuras que darían el salto de jerarquía siguen ausentes en el juego.

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