El punto de vista de Juan Pablo Carnevale
River venció a Boca por 2 a 1 de visitante por la décima fecha del Torneo Final. Los goles los marcaron Lanzini y Ramiro Funes Mori para el Millonario. Riquelme había descontado para los Xeneixes. El equipo de Ramón se trepa a la lucha por el campeonato quedando a un punto de Colón. El Millonario volvió a ganar luego de diez años en La Bombonera.
Fue épico. Fue soñado. Casi inesperado el triunfo de River más allá de que en el segundo tiempo jugó con mucho más aplomo y mejor plantado en el terreno de juego. El cabezazo de Ramiro Funes Mori le dio la victoria al equipo de Ramón a cinco minutos del final, cuando parecía que la tarde noche moría en empate.
"Me eché un polvo tremendo" palabras más, palabras menos dijo Ramón Díaz aquella tarde de la vaselina del paraguayo Rojas al entrar exultante en el vestuario visitante. Quizás debe haber repetido la misma frase luego de esta, su segunda victoria como DT en dominios Xeneixes.
Y no está mal. River ganó con un cabezazo sobre la hora y le hubiera dado toda la razón al técnico si esgrimía, prima facie, esa frase. El triunfo fue orgásmico.
Boca fue el protagonista en la etapa inicial. Presionó bien a los volantes Millonarios y al recuperar la pelota buscaba de forma vertical el arco de Barovero (de gran prestación en todo el partido). Mercado y Carbonero tuvieron muchos problemas con Insúa y Martínez cuando el juego se volcaba de aquel lado. Desde ese sector vinieron las mejores situaciones para el local que no pudieron ser capitalazadas por sus delanteros. El despliegue físico de Boca en ataque fue intenso y lo terminaría pagando en el complemento.
Mientras tanto River no tenía la pelota aunque a espaldas de Grana lo encontraba a Lanzini (la figura) para desequilibrar. De todas maneras daba la sensación, al término de la etapa inicial, que el trámite del partido dependía de Boca. Si acertaba o se equivocaba era el equipo de Bianchi el que decidía la suerte del marcador.
En el complemento, River se alineó en Ledesma, su termómetro, y El Lobo empezó a recuperar la pelota y a jugarla mejor. De su mano, y de la de Lanzini que jugó en un nivel muy parejo los 90 minutos, el Millonario equilibró el trámite. Puso a sus delanteros y volantes a jugar bien de cara a la valla de Orión. Encontró terreno libre a las espaldas de Insúa y comenzó a llegar más seguido.
Boca perdió el balón y algo de aire y entonces Carbonero habilitó a Teo y éste a Lanzini que llegó vacío por el carril del "8" (dirían los antiguos relatores) y derrotó a Orión con un tiro cruzado. La Banda se ponía arriba en el marcador y le faltó la mano definitiva para voltear a su rival en los siguientes cinco minutos donde el local tambaleaba acusando el golpe.
De repente, Riquelme lo hizo estatua a Barovero de tiro libre y otra vez el partido empatado pero a Boca le faltaba nafta y a River le sobraba aplomo. No se desesperó. No hizo cosas raras y jamás se expuso a que el eterno rival lo llevara por delante de la mano de su localía y el aliento de su gente. A la cancha entró Keko Villalva (cada vez más hombre) y ante cada avance a pura velocidad y gambeta la ilusión de ganarlo se acercaba cada vez más.
No fue corner y fue error de Pitana. Pero fue centro de Lanzini, horror de Orión (estaba Sabella en la cancha) y acierto de... Ramiro Funes Mori todo en una misma jugada y su cabezazo de anticipo para enumedecer La Bombonera pintó la foto final de las tribunas en forma de postal.
Así cayó la Década Perdida de River en La Boca. Con un comienzo tibio y con un final tan abrupto como hot. Tan deseado. Tan anhelado como cuando a uno le toca amar a la mujer que le gustó toda la vida y concreta con ella sus deseos más bajos.
Así sólo se disfruta ganandole a Boca, de visitante y muy cerca del pitazo final. Del campeonato y la recta final dependerá de River. Pero hoy, había que ganar y así fue: Un turno de dos horas con un final muy feliz.
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