El 26 de Mayo de 1938 se jugó el partido inaugural del Monumental
Hoy se cumplió el 83 aniversario del formal nacimiento de la Agrupación Tradicional River Plate y así se inició la construcción de la Catedral del fútbol argentino donde se jugó el 26 de Mayo de 1938 el partido inaugural contra Peñarol en un acontecimiento histórico cuyo orgullo se conserva en los auténticos riverplatenses y la envidia de nuestros enemigos.
La construcción de la Monumental obra empezó, se ejecutó y se inauguró durante el gobierno de la vieja y gloriosa Tradicional que nació con la leyenda "Para hacer un River Monumental cada socio debe hacer un socio más" y es así como comenzó la gesta de “Los Titanes del Cemento”, al hacer realidad el estadio mas importante de Sudamérica en menos de 2 años.
Fueron corriendo los días, lo que era bañado y basural va convirtiéndose en un estadio. Todos ponen el hombro, hay quienes colaboran llevando una bolsa de cemento, hay quienes compran plateas para el futuro estadio, y algo muy importante - desafiando obligaciones personales y tiempo - hubo un grupo de hombres que aunque desarrollan distintas actividades en la vida cotidiana hacen un alto en sus labores diarias para brindar parte de su tiempo a nuestra querida institución.
Inauguración del Monumental
Transcurrieron 19 meses desde el comienzo de las obras y el día 25 de mayo de 1938 se inauguró el Estadio Monumental en una verdadera fiesta donde se disputó un partido de fútbol con el club Peñarol de Uruguay, hito histórico y vigente para el deporte argentino.
Pero resulta extraño incomprensible o malicioso, que quién fuera el conductor, el mentor indiscutible del portento haya sido innoblemente ignorado por sus sucesivos gobernantes. Si, me estoy refiriendo al Dr José Julio Degrossi el personaje mayor de la leyenda Monumental.
River venía de desalojo en desalojo porque no negociaba con ningún poder de turno. Su mayor tesoro era conquistar los pergaminos en el campo de juego, lo que otrora fue el campo de batalla. Con códigos de hidalguía ante el triunfo o la derrota. Esos conductores tenían muy clara la diferencia entre deporte y malicia.
Venía diciendo que nuestro River, el River de todos, el del pueblo riverplatense, venía de desalojo en desalojo, hasta que en 1923 instaló una nueva cancha en Tagle y Alvear (actual Figueroa Alcorta) gracias a un contrato de locación por 5 años, renovable por otros 5 más.
Claro que al agotarse los plazos cundía otra vez la incertidumbre y fue ahí cuando se tomó una decisión heroica: La adquisición de 83.950 m2 en unos terrenos, casi bañados, ubicados en un paraje inhóspito y desolado sito al Norte del Balneario Municipal.
El boleto de compraventa se firmó el 31 de Octubre de 1934 y el 25 de Mayo de 1935 se colocó la piedra fundamental, pero la construcción no se iniciaba y los plazos ya estaban agotados. La verdad era que había que haber ejecutado la obra y todo faltaba por hacer.
Así se estaba cuando se produjo un hecho trascendental: En las elecciones de fines de 1935 resultó triunfadora la lista Tradicional River Plate encabezada por el Dr. Julio José Degrossi, quien al asumir presentó a los socios, en una Asamblea Extraordinaria, los planos aprobados y la reseña detallada de las obras que proponía realizar.
Se obtuvo un préstamo de $ 2.500.000 pesos del gobierno y el 27 de septiembre de 1936 se inició la construcción. El Club Atlético River Plate era creíble.
En ese espacio temporal, más exactamente el 25 de Mayo de 1936 queda formalmente constituida la Agrupación Tradicional River Plate, dando así impulso al proyecto iniciado por Degrossi y otros fundadores cuando en Octubre de 1935 se unieron para ejecutar un programa de gobierno absolutamente novedoso para esa época.
Con la energía y la eficiente administración de la Comisión Directiva integrada por La Tradicional se fue ganando la dura batalla al río y a las dificultades económicas. Tanto que el costo inicial de la obra presupuestado en $ 4.479.545,80 se redujo a unos 3 millones de pesos cuando la comisión resolvió suprimir inteligentemente la edificación de la tribuna norte.
Se observan así dos hechos novedosos: que el costo final fue inferior al presupuesto original y que además la construcción del Estadio de cemento más grande de América se ejecutara en sólo 18 meses. Francamente de no haberse construido en tan poco tiempo nos hubiéramos encontrado con la imposibilidad de llevar adelante el proyecto ya que desatada a los pocos meses la 2ª guerra mundial el precio del acero y del cemento hubieran tornado imposible tamaña obra.
La administración transparente, la convocatoria al esfuerzo colectivo, la resistencia al "mediatismo" y el apoyo "monumental" del pueblo riverplatense contribuyeron a lograr el objetivo y además obtener el primer doble campeonato del fútbol profesional, así como a la formación de "La Máquina".
Narró uno de los predecesores en la conducción de la Tradicional que fortuitamente tuvo la oportunidad de conocer a los arquitectos Aslan y Escurra en su estudio de Belgrano, que a esa altura tenía dieciséis años y al que su padre había hecho socio del C. A. R. P. en 1956 a los seis años con lo cual había contribuído a formar su mística riverplatense, y trabajaba en un taller mecánico en Luis María Campos y Arévalo donde los arquitectos llevaban a reparar su auto.
Las paredes del estudio arquitectónico estaban cubiertas de fotografías, en escala de grises claro y de tamaño inusual para esa época como inmensos cuadros de diferentes pasos de la construcción del monumental.
Las imágenes de la construcción que transformó un basural en la obra privada dedicada al deporte Más Grande de Sudamérica era como salir del túnel con la diez en la espalda en la llamada herradura de Nuñez y hay que recordar que la continuación de la monumental obra, fue posible gracias a la disponibilidad de los recursos que había generado la venta de Enrique Omar Sívori, en diez millones de pesos a la Juventus de Turin.
O tendremos la grandeza de reivindicar a los que posibilitaran ser “El Mas Grande” y al desafío al desafío de recrear el valor de la lucha cotidiana de los grandes prohombres riverplatenses , sin corruptos ni advenedizos, con el sólo objetivo: mantener la grandeza de “La institución soñada” por nuestros incorruptibles predecesores.