No a la privatización de los clubes

No a la privatización de los clubes 

Ante el resurgimiento de la posibilidad de legalizar la privatización de los clubes de fútbol, que lenta y subrepticiamente ha comenzado a difundirse a través de la prensa escrita y los medios audiovisuales, convocamos a las Agrupaciones Riverplatenses a unirnos en una acción conjunta para defender el derecho de que los clubes de fútbol sigan subsistiendo únicamente como asociaciones civiles sin fines de lucro.

Ya hemos empezado a reunirnos, sin ningún fin electoral y con el único propósito de constituir un frente institucional común, coincidiendo plenamente en llevar a cabo una campaña de concientización del asociado sobre el problema y consensuar un plan de acción tendiente a presentar ante las autoridades del club un proyecto defendiendo la actual situación como entidades civiles sin fines de lucro y no permitiendo que las mismas caigan en sociedades comerciales. 

Asimismo pensamos extender nuestro plan de acción, invitando a agrupaciones de otros clubes que compartan nuestra idea a sumarse al plan de acción.

Entendemos y concebimos a nuestros clubes de futbol como entidades que cumplen, además de sus actividades futbolísticas, una importantísima función social brindando al asociado un ámbito donde se realicen actividades físicas y deportivas, y también un lugar de reunión para su familia y de enseñanza. 

Nuestros clubes, son además un sistema de contención y educación para la niñez y la adolescencia y un sitio de formación ética de recursos humanos y de resguardo de la salud para sus asociados.

La educación y la salud no son inversiones rentables en pesos, son inversiones tendientes a formar ciudadanos capaces y sanos para desempeñarse en su vida futura. 

No es concebible para una empresa comercial un tipo de inversión, formador de recursos humanos, sin fines lucrativos. 

Un balance en cero es un buen balance para una entidad sin fines de lucro: significa que ha administrado bien sus ingresos - egresos y ha distribuido su superávit en beneficios y servicios a los socios. 

Un balance en cero es un mal balance para una entidad lucrativa  porque significa que no ha ganado dinero, que es el último fin de sus socios accionistas.

Esta simple diferencia explica que la privatización de nuestros clubes de fútbol, haría perder la idiosincrasia de su existencia en la Argentina y la pérdida de los nobles fines de su existencia.

Por supuesto que también apoyamos que los clubes de fútbol estén bien administrados. 

Para ello debería reformularse las reglamentaciones, estatutos y legislación, permitiendo a los socios una mayor participación en las actividades de control y auditoria sobre cómo se manejan los ingresos y egresos, para evitar los desmanejos presupuestarios, y la corruptela frecuente que ha llevado a los clubes a ser deudores crónicos con pasivos abultados, que los hace dependientes. 

Siendo los dirigentes de futbol, partícipes directamente involucrados en la elección de autoridades de la AFA, ha llevado a prestamista y prestatarios a una relación patológica de dependencia que resulta en el voto cautivo de los prestatarios hacia el prestamista y en la legitimación de las “dictaduras democráticas” debido precisamente al voto cautivo del deudor crónico. 

La reformulación de reglamentaciones, estatutos y legislaciones debe propender a la existencia de entidades sanamente administradas y para ello la acción preventiva del socio a través de su participación es necesaria e ineludible.

La privatización de los clubes hace caer en manos extrañas al socio el manejo de los clubes, impide su participación y voto en las decisiones y deja estas decisiones en ejecutivos que pueden estar lejos del sentimiento del socio por su club favorito. 

Es mas nada impide que un simpatizante de Boca pueda ser accionista controlante de River, por el solo hecho de aportar dinero y viceversa, o que alguien sea accionista de varios clubes sin siquiera simpatizar con los mismos.

Entendemos que en la Argentina, la privatización de los clubes de futbol es una sinrazón que lejos de solucionar los problemas actuales, serían una fuente de conflicto y  de la corruptela, privándole al asociado de muchísimos de sus derechos actuales, todo en aras de una mayor ganancia.  

Recordamos que en 96 también se impulsó la conversión de los clubes en sociedades anónimas y que La Tradicional  sostuvo  que la imprescindible lucha a favor de la transparencia consistía en eficientizar los órganos de control interno y  en aplicar ejemplares sanciones penales y económicas a los dirigentes que infringen las leyes. 

Así a través de Alfredo Bravo - que era Representante de Socios en River y Vicepresidente de la Comisión de Deportes de la Cámara de Diputados - presentamos una propuesta de ley para tipificar como  delito el  enriquecimiento ilícito del dirigente deportivo.

Es obvio que no se combate la delincuencia transformando a los clubes en  corporaciones financieras. Por el contrario, así el delito se incrementará, ya que sólo prevalece el interés económico sin ningún contralor popular