Tres al hilo

Anoche River ganó su tercer partido consecutivo derrotando 4 a 1 a Desamparados y recuperó la punta de la B Nacional, precisamente una fecha antes del trascendental encuentro que el próximo fin de semana sostendrá frente a Quilmes.

También es importante señalar que el triunfo se logró tras adaptarse a las circunstancias impuestas por las suspensiones del Chori Dominguez - el jugador más creativo del plantel - y de Sanchez quien es toda una garantía de despliegue ofensivo y defensivo.

Ponzio se abraza con Abecasis festejando la apertura del marcador

Como venimos haciendo en las últimas fechas recurriremos al relato de Facundo Adamoli en http://www.soloriver.net/ para describir la victoria ya que coincidimos con su visión de lo sucedido en el campo de juego y también para sostener la buena cábala.

Otra brillante actuación del equipo de Almeyda que volvió a demostrar que el grupo anda bien. Cuando no aparecía el futbol, con bajas sensibles en el plantel, River dejó en claro que el juego en equipo es otro de los asuntos pendientes que empiezan a saldarse. Ante la ausencia de Domínguez y Sanchez, el equipo mostró que sabe a lo que juega y por eso, goleó 4 a 1 a Desamparados por la fecha 22 del Nacional.

La clave del partido estuvo en dos puntos altos: el juego del equipo y el alto rendimiento de aquellos jugadores que estaban en deuda con la hinchada.

En otras ocasiones, cuando faltaban importantes intérpretes del juego, como en este caso Dominguez, River sentía ese tipo de bajas. El buen funcionamiento del equipo en términos generales, demostró que el trabajo en la semana comienza a rendir sus frutos: cuando un equipo sabe a lo que juega, el rendimiento colectivo no decrece al sentir la ausencia de sus líderes futbolísticos. Esto demuestra que los jugadores no solamente confianza en los referentes, sino también en el resto de sus compañeros. Es interesante notar, que cada uno de los jugadores, está dispuesto a volverse protagonista, si la situación lo requiere.

En segundo lugar, es muy importante que aquellos jugadores que poco rindieron, comiencen a levantar su nivel. Los casos a los que me refiero son Funes Mori y Ponzio: el primero, rindiendo cuentas donde debe rendir, es decir, en el arco. El segundo, nuevamente una de las figuras, convirtiéndose en patrón del mediocampo y líder futbolístico.

Ramiro elevándose para convertir el tercer gol

No hay que dejar de mencionar la excelente actuación de Cavenaghi, que, aunque no convirtió, fue el responsable de asistir tanto a Funes Mori como a Trezeguet en los goles. El torito demuestra partido a partido, que además de mandarla a la red, también sabe jugar con la pelota.

Otra distinción obligatoria, es para el pibe Cirigliano, el héroe silencioso: el juvenil fue participe de 3 de los 4 goles del equipo. La joven promesa arrancó la mayoría de las jugadas que terminaron en gol. Para el francés, su compromiso con el gol, abre el camino para el inicio de aquella aventura que con ansias desea iniciar.

Los que antes no rendían hoy comienzan a demostrar que quieren jugar en River. Se nota que el equipo tiene más confianza, y eso es porque se sienten respaldados. Mucho se destaca la unión del grupo, y eso es fundamental, ya que en la cancha, todos deben cuidarse y apoyarse como hermanos. Hasta los Funes Mori se dieron el lujo de convertir. Esto no debe servir como dato, sino como metáfora, como simbología de unión.

A partir de esta unidad, River debe comenzar a trasladar este rendimiento en partidos (o finales) como el del próximo viernes. Esa es otra materia pendiente, que, con esfuerzo y confianza, se puede conseguir.

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