Hace más de 15 años Página/12 pudo investigar y publicar durante aquella etapa quién era el socio mayoritario de Blanquiceleste S.A., la empresa que gerenciaba Racing. Se trataba de un jeque multimillonario, el etíope Mohammed Hussein al Amoudi, quien mediante la compañía offshore Elmtree y asociado con otra llamada Bergo Anstalt controlaba el sello de goma a cuyo frente aparecía Fernando Marín.
El 13 de abril el diario Ambito Financiero publicó una entrevista al agente de futbolistas Juan Cruz Oller que se titula “El coronavirus es una enorme oportunidad para que el fútbol argentino le abra la puerta a capitales privados”. ¿Estaría de acuerdo con que las S.A. se instalen acá con ese objetivo?
--Absolutamente no. Además hoy existen muchas razones que lo desaconsejan totalmente. En primer lugar el mundo ha cambiado en muchas cosas y la gente descubrió después del gobierno de Macri la verdadera importancia de las sociedades civiles y de las ONG. Eso terminó con los adoradores de las sociedades anónimas salvo que se trate de un ultracapitalista.
Con la salida de Mauricio Macri del gobierno la chance de que se instalaran las sociedades anónimas deportivas se esfumó, pero los paraísos fiscales gozan de buena salud y muchas operaciones turbias en el fútbol se hacen desde ahí. ¿Cómo ve ese panorama?
--Le voy a contar una anécdota. En el 2004 estábamos convencidos de que detrás de las transferencias de los jugadores de fútbol había muchas offshore metidas como intermediarias. Por supuesto había un tema de lavado enorme y queríamos descubrir esa operatoria en la Argentina. Un día me fui solo como inspector general de Justicia mostrando mi tarjeta y me presenté en la AFA.
¿Cómo se entiende que las offshore aparezcan en el fútbol argentino cuando no hay S.A. y los clubes son sociedades civiles sin fines de lucro?
--Las offshore se manifiestan casi siempre en la compra y venta de jugadores y no importa la organización jurídica de un club. Hace 20 años o más Macri promovió un proyecto de Sociedades Anónimas Deportivas que era una farsa.
Entre las SAD y la aparición del fideicomiso hay una figura importante que fue el gerenciamiento. Estaba a cargo de sociedades offshore. Nosotros atacamos eso y es porque en su momento había algunos totalmente truchos que llegaron a controlar clubes importantes de la Argentina.
¿El de Racing fue el más grande, con Blanquiceleste, Marín y el jeque Mohammed al Amoudi a la cabeza?
--Puede ser… pero volviendo al fideicomiso es una manera de ocultar la titularidad de los bienes. Funcionaría bien si usted le encomendara a un tercero la administración de bienes para que el día de mañana, en un tiempo que normalmente es largo, termine transmitiéndoles a sus hijos esos bienes.
Desde que asumió el presidente Alberto Fernández hubo miembros de su gabinete que dijeron haberse topado con tierra arrasada. ¿Cómo encontró la IGJ?
--Absolutamente igual.
¿Nos daría un ejemplo?
--El ahorro previo. La competencia de la IGJ es local, o sea para la ciudad de Buenos Aires, no tenemos competencia federal. En Ahorro las instrucciones que se dieron durante los últimos cuatro años eran que había que desactivarlo y reducir su plantel.
--No sé, en ese momento me salió esa palabra pero la Inspección no funcionaba. Este organismo es de 1892 y se constituyó por los abusos que se hacían desde las sociedades anónimas. Se llamó Inspección porque era un grupo de inspectores, pero luego el término de Inspección quedó consagrado.
¿Qué está intentando cambiar?
--Yo inicié una cruzada personal contra las offshore, primero con Cromañón y después con los Panamá Papers.
¿Qué tipo de denuncias?
--Por ejemplo, denuncias de mal uso de las sociedades civiles. Denuncias de instituciones que habían obtenido la personería jurídica para hacerle la competencia a otras donde estaba interesado el macrismo, dándole aliento a la constitución de una nueva entidad civil que le hacía la competencia a otra vieja sociedad civil.
Usted dijo que iba a tratar de ayudar con sus resoluciones a instituciones civiles como los clubes de barrio. ¿De qué manera?
--Ya saqué una resolución en que se pueden constituir por instrumentos públicos sin necesidad de recurrir a la escritura pública, con una resolución oficial. Muchos de los subsidios destinados a los clubes de barrio desde la secretaría de Deporte fueron destinados a los clubes de golf, de bridge, etc. Una vergüenza.
El ex funcionario y agente de futbolistas Gustavo Arribas, que no estuvo en la IGJ pero sí en la AFI, utilizó sociedades offshore o clubes pantalla en el exterior como Deportivo Maldonado de Uruguay para triangular operaciones ¿Se podría saber si esas S.A. tienen relación con otras aquí de la Argentina?
--Eso no lo puedo saber yo. Acá no hay un registro de personas físicas para saber quienes son los que están en una sociedad, es un débito enorme que tenemos.