Con la inercia de la historia

Ganamos con la inercia de la historia

por Facundo Adamoli para Sólo River

Contra viento y marea Ramón continúa llevando un barco que navega en la irregularidad. Se extiende, una vez más, esa ilusión tan cruel, que nos invita a soñar con tan poco. Es la magia de algo que Ramón Díaz le devolvió a River, pero no es justamente el fútbol. ¿Qué es?

Difícil es buscar una explicación. River festejó los tres puntos y nada más. Nadie manda al descenso a un equipo. Sólo dirigencias inoperantes y errores que se arrastran desde hace años. Con la historia y la paternidad característica, River venció 2 a 1 a Independiente por la fecha 17 del Torneo Final.

Volvemos a preguntar: ¿Qué es? ¿Qué tiene este River? Porque el millonario penó durante casi todo el primer tiempo. El juego era un embrollo de toques a ningún lado, impresiones y atolondramiento en ataque. Sin embargo, como por arte de magia, llegó el gol, casi por casualidad, casi por inercia de la historia.

River ganó pero no jugó para campeón. Hubo muchas fallas, pero aún así fue suficiente para vencer a Independiente. A pesar de la falta de gol de Funes Mori, a pesar de la intrascendencia de Rojas, del bajo nivel de Ponzio, de la falta de compromiso de Mercado, el equipo salió adelante porque desde hace rato Ramón le devolvió a este equipo el miedo que mete esta camiseta.

Porque un campeón no sólo está hecho de un funcionamiento colectivo y de buen juego. Un campeón esta hecho en todas sus líneas de hombres como Balanta y Vangioni. La presencia de ambos jugadores deja en ridículo a sus compañeros, que con garra y actitud se devoran al rival a partir de su presencia. El colombiano vuelve a demostrar que es un lindo central para jugar La Copa. Es de esos defensores que ganan con su carácter y personalidad.

Ledesma volvió a ser el eje del equipo, manejando los tiempos y pensando las jugadas. Lanzini e Iturbe volvieron a aprovechar toda su explosión para complicar a la defensa del Rojo y darles el toque de gracia para hundirlos en su propia desazón. 

Clave fue también, la lectura de Ramón, quien sacó a un desorientado Ponzio e incluyó al pibe Kranevitter que inició la jugada del segundo gol.

Este partido, no es de esos que marcan a un campeón. Sobre todo porque se terminó sufriendo. La ilusión se extiende y las ganas de soñar aparecen nuevamente, pero la sensación que da es que este plantel no está para campeón. Con algunas salvedades, la figura sobresaliente de River es Ramón, quien con poco, ya hizo mucho. Faltan 6 puntos, pero creo que nuestra ilusión ya está bastante malherida.

 Entrada fútbol:  

¿Cuál es tu opinión?