Un partidazo en la ida por la superfinal

Jamás en la historia del fútbol argentino un partido concitó la atención de la población tal como lo logró el disputado durante este domingo. Es más durante toda la previa se habló muchísimo de los pormenores del superclásico, de las chicanas dirigenciales y de las desprolijidades organizativas.

Lo cierto es que desde el mismo instante en que River y Boca se clasificaron para disputar las semifinales de la Copa Libertadores empezó el cruce de declaraciones y reclamos, hasta que2 los bosteros lograron su clasificación para la final, donde ya lo estaba esperando el Millo,  con lo cual el fútbol argentino y sudamericano casi que se paralizó a la espera del cruce entre el Más Grande y el otro. 

Hoy, tras la tormenta y postergación se enfrentaron ambos, en el primer duelo de ida de la superfinal, que estuvo absolutamente a la altura de lo que se juegan, que es nada más y nada menos ni más ni menos que el cetro de campeón de América.

Ingresando al desarrrollo del encuentro, desde el inicio el Millo fue claramente superior, ya que salió mejor plantado, con el plan de buscar a Pratto para la descarga de Pity Martínez y Palacios-. Así, antes de los 15´ los de Gallardo tuvieron tres chances nítidas para romper el cero. Primero el arquero rival le sacó un gran tiro libre al Pity y acto seguido Martínez Quarta cabeceó afuera, mientras que después otra vez el Rossi se lució ante Borré.

Los locales carecían de fútbol y antes de la mitad de la etapa inicial perdieron a Pavón, quien padeció una molestia muscular en la pierna izquierda, siendo reemplazado por Benedetto. Pero como no hay mal que por bien no venga, la primera vez que Boca pisó el área Ábila desairó un defensor, rematando fuerte contra el cuerpo de Armani y voleando el rebote que le dobló las manos al arquero.

La alegría a Boca le duró menos de un minuto, ya que ese fue el tiempo que le llevó a Pratto igualar en uno, con un remate cruzado tras un insólito quedo de la última línea local. El empate fue un cimbronazo para los del Mellizo y el Pity casi mete el segundo, pero otra vez apareció Rossi, a esta altura convertido en la figura de bostera.

 Durante el primer tiempo River merecía ampliamente la ventaja, cuando a los 45´ cuando Boca cantó victoria, porque  Villa ejecutó un tiro libre frontal, Benedetto sacó provecho de la tibia marca de Borré y cabeceó al gol. Fue abrazado por la calurosa ovación de una Bombonera que hoy estuvo llena dos horas antes del inicio del juego. Así, con el 2-1 se fueron al descanso.

En la etapa complementaria Boca empezó mejor, pro ahora fué River el que convirtió el gol que fué  por intermedio de Izquierdoz, en contra, tras un muy buen centro del Pity. Iban 15´del segundo tiempo y un ratito antes Nacho Fernández había ingresado por Martínez Quarta.

Con el  empate el juego se tornó más luchado en la mitad, el visitante replegó un poco las líneas y los locales, aunque tuvieron más la pelota, carecieron casi siempre de profundidad, salvo que en tiempo de descuento Tevez dejó solo a Benedetto y que Armani  desvaneción con un atajadón con su sello.

Con la finalización del superclásico quedó la sensación de que el empate le sentó mejor a River, por haber sido visitante, por tener la chance de definir en el Monumental y porque estuvo dos veces abajo.