Al filo de la navaja

Tal como declaró Almeyda después del partido que River ganó por 3 a 0 a Deportivo Merlo "Caminamos al filo de la navaja, pero solo importa ganar" y concluyó "Este es un año histórico, el peor. No salimos de la zona de ascenso directo".

Se equivoca en esto último, porque el peor año en la historia de River fué el 2011, lejos, pero acierta en el diagnóstico actual ya que nuestro River viene caminando sobre la navaja durante este triste camino del ascenso al que nos condenó el maldito 26/J.

Coincidimos con Facundo Adamoli, en Sólo River, acerca que el último sábado.Esta vez las figuras no salvaron a River. Es que la categoría de sus jugadores, no sirvó para saldar la falta de juego del equipo de Almeyda, que, otra vez, desperdició la chance de despegarse de sus escoltas y de acercarse a Instituto. De este modo, River empató 0 a 0 contra Gimnasia de La Plata por la fecha 26 del Nacional.

Quedarse con que River no puede vencer a los primeros 10 de la tabla, es tan solo mencionar un dato estadístico. Lo que es necesario remarcar, es la falta de fútbol, la falta de volumen de juego y de un conductor.

Con la salida de Cirigliano, el equipo perdió fútbol pero ganó en potencia goleadora. La salida del juvenil era en cierto punto, necesaria para juntar a dos monstruos del área como Trezeguet y Cavenaghi, que, esta vez, no pudieron salvarnos.

A River le hace falta un conductor. Ese es el principal desafío de Almeyda. El Chori Domínguez no siente la posición: en los últimos partidos se lo notó desorientado e incapaz de distribuir la pelota. Además, el ídolo, juega su partido aparte ante rivales que lo buscan de forma malintencionada y se enreda en juegos psicológicos que lo terminan sacando del partido.

Una muestra clara de que River carece de un conductor, es el excesivo trabajo que tuvo Ponzio en el partido. El 5, de buen rendimiento, se transformó por momentos en el conductor del equipo. Sanchez, que fue de menor a mayor, también se encargó de llevar la pelota e intentar abastecer a los delanteros. Lo que a River la falta es un enganche clásico que conecte mediocampo con delanteros.

River sólo buscó el partido tan sólo por una vía: apostar a la potencia goleadora de sus delanteros. Por fallas individuales a la hora de definir o por la gigantesca figura de Monetti, River no puedo llevarse los tres puntos. Aún así, no es auspicioso de cara al futuro, tener como único recurso la calidad individual de sus jugadores. Tanto en pelota parada como en jugadas asociadas, River carece de ideas. En lo defensivo, River casi nunca ganó de cabeza en las pelotas paradas en contra.

River generó situaciones porque fue al choque y no porque elaboró. El desafío de Almeyda es encontrar una forma de generar juego tanto para abastecer a sus delanteros como para dominar al rival y defenderse con el balón (más que defenderse con faltas tontas, que terminan con peligrosos centros al corazón del área).

River ha atravesado gran parte del campeonato y da la sensación de que aún no le encontró la vuelta al sistema táctico ni parece tener una estrategia como para encarar los partidos. Vienen dos rivales débiles, y los seis puntos son tan necesarios como el agua. A esta altura, River debería comenzar a despegarse de la zona de promoción.

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