Agradeciéndole al cielo

Cerramos el posteo anterior diciendo que sólo quedaba imitar a Almeyda y haceciendo lo mismo que el decía: "Sólo le pido a Dios que me ayude a conseguir el objetivo".

Y parece que los rezos fueron efectivos porque anoche se ganó un partido para el infarto

En una medida que nos pareció acertada Almeyda habia decidido aislar al equipo en un Eco Spa del Delta para lograr la tranquilidad espiritual , pero el encanto se rompió el sábado cuando los asesores de "imagen" decidieron exponer a los jugadores a una exhibición mediática ("banderazo) ante un grupito de 500 "simpatizantes" ya que la jugada no contó con el apoyo del COTizado aparato que maneja Daniel Bravo.

La tranquilidad se quebró y así fué que una vez más cuando la pelota se puso en movimiento volvió la normalidad que genera cada presentación del River actual: Ansiedad, Angustia y Sufrimiento tal como muy bien diagnostica Facundo Adamoli en Sólo River.

Para referirnos al encuentro recurriremos a la clara y concisa crónica de Tomas Cacciola en InfoRiverPlate que dice "Enfrente un Boca Unidos batallador, que venia de una derrota historica frente a Brown de Madryn, pero con la intencion de llevarse algo del Monumental. Y estuvo cerca durante todo el partido, pero sus delanteros erraron todas las oportunidades. La mäs clara de todas, la tapó Vega, casi vencido pero con el último aliento que le dio la chance de estirar su pierna.

"River tambien tuvo chances pero el nerviosismo que se veia, mas la mala actuacion de la defensa no hacian preveer una buena tarde para el millonario. La primer alegria recien llegó con los cambios de Almeyda. Adentro Rogelio Funes Mori por Cavenaghi y Ocampos por Villalva. El primer grito de desahogo estuvo a cargo del pibe Ocampos, quien fusiló a Sessa e hizo delirar a todo el estadio.

Y Cachy sigue así: "Pero la alegría duró poco. A los 4′, mas errores de la defensa, mala salida de Vega y Gol de Boca Unidos. El partido se iba, River dejaba pasar su chance, y le daba respiro a Central. Pero el más resistido apareció. Rogelio bajo un pase de Trezeguet y definió como correspondia.

"Festejo en forma de corazon, y a cerrarse hasta el final. Y el pitazo que cerraria el encuentro llego. Millones de almas agradeciendo al cielo. Gritando con furia. En un partido que se jugó mal, se ganó como se pudo. En los ùltimos minutos, esos que tantos dolores de cabeza nos trajeron. Ahora faltan 180. O 2 fechas. O 2 finales, lo mismo da. Falta muy poco para terminar esta pesadilla. El corazón todavía resiste… Por 180 minutos màs".

Así las cosas sólo queda tranquilizarse y seguir imitando a Almeyda rogándole a Dios por la suerte de River.

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